Carishina beer es una cerveza artesanal que nace por la curiosidad de dos amigos y su deseo de aprender a elaborar esta bebida.
Francisco Echeverría y Juan Pablo Jarrín, mencionan que, decidieron empezar a producir cerveza como una afición, con el fin de aprovechar la ocasión de una parrillada entre amigos.
Para ello, tomaron un curso de cervecería con un chef argentino. Durante sus primeras experiencias no tuvieron la experticia de su maestro y la preparación de su bebida no fue la más adecuada.
Sin embargo, no dejaron esta pasión y tras varios intentos – y echadas a perder- afinaron cada detalle, como por ejemplo el punto de cocción, y otros secretos.
Finalmente lograron el punto de equilibrio dentro del proceso que conlleva preparar la cerveza artesanal.
Aunque en principio Francisco y sus amigos preparaban esta bebida como un pasatiempo y consumo personal, luego vieron una oportunidad para establecer su propio negocio y expandirse poco a poco entre sus conocidos. Empezaron su emprendimiento y dividieron sus funciones entre maestros cerveceros, ventas del producto y campañas de publicidad.
El resultado encantó a más de uno, por lo que no tardaron en hacer entregas a un segmento más allá de sus conocidos, y ampliaron la distribución a negocios de la capital ecuatoriana; así como también a Guayaquil, Manabí e Ibarra.
A diferencia de los grandes productores internacionales, el dinero de los productores artesanales se queda en el país y ayuda al crecimiento de la economía local.
Cabe recalcar que en este giro de negocio vamos a encontrar una infinidad de estilos y sabores, así que prepárate para octubre que es el mes de la cerveza a nivel mundial y no dudes en conocer y degustar estas cervezas 100% nacionales.
Redacción: Ana Peñafiel