¡El juego ha empezado!

Sofía Silva, es una madre que, a raíz de la discapacidad intelectual de su hija, se puso en el lugar del otro y entendió que debía empezar un nuevo estilo de vida.

Ema que en aquel entonces tenía 8 años, es el motor para que Sofía emprendiera una nueva aventura llena de colores, telas y diseños, logrando que cada niño sea el artista de su propio juguete. 

Este emprendimiento se destaca porque crean juguetes no iguales al común denominador, sino, que abre una puerta a todo lo que es diferente, Sofía manifiesta que nadie es igual a nadie y, por lo tanto, un juguete no puede ser igual para todos los niños, porque ningún niño es igual a otro, todos somos distintos.

Sus primeros diseños se basan en la fauna urbana del Ecuador, fortaleciendo así la parte educativa y afectiva hacia los animales.

El proyecto arranca con un préstamo para emprendedores, más el carnet del CONADIS de la pequeña Ema, presentados en BanEcuador que les concedió el financiamiento. Estos juguetes son únicos, y artesanales, pero tienen todas las cualidades de un juguete importado por las grandes industrias. Es un juguete amigable con el planeta y 100% ecuatoriano.

Ahora Ema tiene 12 años y junto a su familia disfrutan de esta forma de vida. 

Redacción: Alexandra Mayanquer